Ya no soy ni la sombra de lo que antes fui...pero, ¿y si ya no quisiera ver esa sombra en mí?. Cuando evolucionamos a veces no elegimos en qué nos convertimos. No sabemos el por qué ahora pensamos de forma diferente; el por qué ahora hemos dejado de creer en algunas cosas y empezamos a sentir que nos identificamos con otras...pero, ¿sabéis qué? Que me parece precioso redescubrirse cada día, ver cómo cambia tu sombra y aceptar que ya no es la misma de entonces. Creo que ahí encontramos el crecimiento personal que necesitamos a diario. ¿Has pensado alguna vez qué sombra te gustaría reflejar?
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