Sí señoras y señores, hoy hemos estado en la biblioteca sacando unas joyitas estupendas en nuestro santuario.
Había mucha gente estudiando, y algunas personas buscando libros para poder llevarse. Y luego, estábamos nosotros. Mis tres hijos y yo.
Como cada semana, hemos ido a devolver los libros que ya habíamos leído y queríamos buscar otros diferentes.
Siempre les digo a mis hijos que deben estar calladitos o hablar muy bajito en la biblioteca, pues no se debe molestar a los que leen o estudian allí.
Pues bien, hoy me lo han tenido que recordar a mí. Qué vergüenza, madre mía. Y es que esto de la sordera, da muchos quebraderos de cabeza. Creí que estaba hablando bajito, y no, al parecer no. La bibliotecaria con mucho tacto, se ha acercado a mí, me ha tocado en el hombro y me ha pedido con signos que bajase la voz. Menos mal que ya me conocen allí.
Aún así me ha dado mucha vergüenza, pues es la primera vez que me llaman la atención por hablar fuerte en una biblioteca.
Siempre he hablado muy bajito, de hecho cuando fuerzo la voz, luego me duele la garganta y empiezo a toser.
Según mi marido ahora hablo muy fuerte, y es que sí, el estar sorda te hace hablar fuerte.
Como si me fuera a enterar de lo que hablo....😂😂
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