Mi sala de espera

 Hoy hablando con Erya, escritora de varios títulos de retelling como "La sombra del lobo",  le contaba cuál es mi "secreto" para no agobiarme a la hora de leer. Bueno, secreto, secreto...No es, porque seguro que muchos y muchas, también lo hacéis. Y si no, os lo cuento por si os da ideas.

Ahora tengo poco tiempo desde que me incorporé al trabajo por lo que , si acumulo muchos libros sin leer, empiezo a agobiarme. 

Siempre estoy añadiendo títulos a mi gran lista de "deseados", pero deseados, no quiere decir que tenga que comprarlos todos ya.😜 Mis estanterías empiezan a correr peligro.

Voy dejando los nombres de los libros que me llaman la atención en una lista en mi agenda, y sólo tengo 3 en físico o digital a la espera de ser leídos. ¿Por qué tres? No parecen muchos, y puedo ir siguiendo el hilo si alguno se hace pesado y necesito ir cambiando en algunos momentos. No siempre me apetece leer lo mismo. Depende mucho de mi estado de ánimo.

Por ejemplo, a mí me encanta Ken Follet. Pero sus libros tardo meses en leerlos, ya que cuando tengo ratitos para leer, es por las noches, cuando suelo caer muertecita de sueño. Y a veces sus tramas tardan en resolverse.

Pues bien, cuando veo que no avanzo y necesito un cambio, recurro a alguno más cortito, ligero y sencillo de leer que me enganche y pueda terminarlo prontito. Así me animo, baja la lista de pendientes, y puedo añadir otro a la sala de espera (mi mesilla de noche).

No sé si explico bien mi método. Quizás penséis que es una locura tener tres historias vagando por mi cabeza, pero no son tantas y no siempre las leo las tres a la vez. Depende de la época.

Lo importante creo yo, es saber que no tenemos tantas cosas pendientes, ya que eso puede crear estrés y, al menos a mí, me hace dejar de disfrutar de la lectura, ya que se convierte en obligación.

Para mí la lectura es una forma de evadirme del mundo real, de poder vivir aventuras desde la cama o el sofá. Es una forma de llenar la cabeza de momentos felices y aprendizajes espectaculares.

La lectura debe fluir, debe hacerse por placer. Cuando se convierte en obligación, es un trabajo, y de eso señores míos, ya tenemos demasiado.

Pues eso...¡A seguir leyendo en vuestro silencio!😉