MOMENTO SOMBRAS

 Aquí estoy, tumbada leyendo antes de ir a dormir. 

Mi espalda reposa en un cojín para repasar cómodamente las lecturas del día. He encendido la luz de la lámpara de la mesilla, para poder apagarla sin tener que levantarme cuando los párpados caigan sin remedio. Pero mis ojos ahora no se fijan en los papeles, no. 

Mi mirada se desvía a la pared de enfrente. Allí donde la tenue luz de la lámpara da lugar a recrear la sombra de mis pies. Los muevo y sí, son mis pies. La sombra hace lo que le dicen mis pies. Mis pies dicen: - mueve los deditos alante y atrás- y la sombra refleja sus deseos. Si los pies dicen nos separamos y unimos lentamente, la sobra obedece...pero hay algo mágico en esa unión, si los muevo muy lentamente, puedo ver como  las sombras se unen la una a la otra con suavidad, casi con cariño. Casi como si en esa cercanía pidieran besarse y separarse tímidamente. 

Las sombras son asombrosas, nos muestran sin detalles, las  limpias formas de las cosas, sin nada más que la simpleza de su movimiento o quietud.