sábado, 22 de abril de 2023

ZAPATOS

 


Zapato Derecho y Zapato Izquierdo llevaban mucho tiempo juntos. 

Habían vivido numerosas aventuras junto a Pablo.

Les gustaba caminar con él a muchos lugares diferentes:

A la playa, al bosque, de compras, e incluso una vez,

Pablo se lanzó a una piscina con ellos puestos. Lo pasaron en grande.

Un día Pablo jugaba al fútbol con sus amigos y Zapato Derecho

comenzó a quejarse.

―Vaya dolor de cabeza que tengo. Hoy Pablo me ha apretado mucho

los cordones y para colmo, no para de dar patadas al dichoso balón.

Esto de que sea diestro, empieza a ser muy molesto.― Le dijo a

Zapato izquierdo.

―Parece que se está aficionando mucho al fútbol.― le respondió éste.

―Por desgracia sí. Ya podía aficionarse a algo más tranquilo. Estoy

hasta los cordones de que dé patadas todo el rato. ―

―Vaya, lo siento Derecho.―

―Ya, pero como tú eres el izquierdo no da patadas fuertes contigo,

no puedes entender lo molesto que es.―

Zapato Izquierdo guardó silencio. Tal vez tuviera razón y no podía

entenderlo.

Zapato Derecho continuó quejándose día tras día. Hasta que Zapato

izquierdo decidió intervenir pasados unos días. Había estado

observando muchas cosas durante ese tiempo por lo que decidió

ser sincero con Zapato Derecho.

―Derecho, entiendo de verdad que debes sentirte muy mal por las

patadas que Pablo da contigo―

―¿Tú que vas a entender?―Le dijo un poco molesto.

― Bueno, quizás Pablo no dé conmigo patadas fuertes, pero sí que

suele sentarse sobre su pie izquierdo en la silla, le gusta hacerlo y eso

hace que esté un poco agobiado y espachurrado. También suelo ser a

quien Tobi, su perrito, muerde para que le acompañe a jugar. Además

el izquierdo es el pié que usa para impulsarnos cuando vamos en el

patinete, mientras tú vas arriba, yo voy abajo impulsando y raspándome

por todo el suelo. Y créeme, hay algunas cosas más que he observado

estos días, desde que me dijiste que no podía entenderte. Y sí Derecho,

te entiendo. Pero somos zapatos y Pablo está cómodo y feliz con nosotros.

Es lo importante.

―Vaya Izquierdo, la verdad es que no me había fijado en todo eso. Creo

que estaba centrado en mi dolor , en mi malestar con Pablo y su nueva

afición. No me había dado cuenta de todo eso. Lo siento.― Zapato

Derecho miró bien entonces a Izquierdo  muy concentrado.

―Y ahora que te miro, estás hecho un asco. Pareces más viejo que yo.―

Sonrió bromeando.

―Vaya…Gracias― rió cómplice.

Derecho entendió que no estaba solo y que Zapato Izquierdo también

sufría a veces, como él. Pero no se centraba en las cosas malas que

le pasaban, sino en lo mucho que hacía disfrutar a Pablo. Eso le

sorprendió y acordaron desde entonces, echarse un pie de vez

en cuando.

 Zapato Izquierdo intentaría chutar mejor, para que Pablo lo usara

un poco más, y Zapato derecho, le echaría miraditas a Tobi para

que también quisiera juguetear con él. Con respecto  al patinete,

hacían lo posible para alternarse arriba y que no siempre fuera

Izquierdo abajo.

Y en cuanto a lo de ser espachurrado por el trasero de Pablo,

tuvieron algo de mala suerte, pues Pablo comenzó a tener la

costumbre de sentarse de rodillas y poner su trasero sobre los

dos zapatos. Algo que Izquierdo y Derecho no vieron tan mal.

Ahora compartían todo, lo bueno y lo malo. Hasta el peso del

culete de Pablo.

A veces tendemos a centrarnos en nuestros problemas, en lo

que nos hace sentir mal. Y esto no nos deja ver  lo que sufren

los que están a nuestro alrededor. No está mal expresar lo que

sentimos, siempre y cuando tengamos en cuenta lo que sienten

los demás.

Ponte en sus zapatos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Eternal bookstore

 Los reyes magos me conocen bien, saben que me gustan las manualidades. Así que este año me trajeron algo que me hizo muchísima ilusión: mi ...