domingo, 1 de enero de 2023

Tejiendo escombros

Este proyecto de Juanfe Ahumada me llamó la atención desde un primer momento,  por eso quise ayudarle en su financiación. 
Sólo ha sido un granito de arena en todo lo que ha construido este "arquitecto de palabras", pero me siento orgullosa de haber contribuido.
Y ..." ¿ Por qué lo llamo así? Pues si lo leéis os daréis cuenta de la forma tan original en la que describe todo. Es increíble como busca tantas formas diferentes de poner al lector en situación. Le encanta describir escenas, situaciones, emociones...no sé cansa de describir.
Es una historia hermosa y para mí sorpresa muy muy original. Aunque he de reconocer que la primera parte se me hizo más densa.
A partir de la segunda, todo cambia. Todo comienza a tener sentido, aunque no es hasta el final cuando te deja sin duda alguna con cara de asombro y totalmente desconcertada.
" ¡¡¡Haber empezado por ahí!!!...quieres gritarle...Jajaja. Pero claro, la historia no te deja separarte de ella en su recta final, y no me paro a gritar, sino casi a llorar de impotencia.
Me ha gustado, sí señor. He de reconocer que no me enganchó al principio, pero merece la pena seguir hasta el final, eso seguro. No me arrepiento de haberme empeñado en seguir la historia de Carlos y Sophie. El giro insospechado en la segunda parte lo hace una obra muy original y sorprendente para mí.
No quiero contar nada de la historia,  porque seguro que hago spoiler, jajaja.
También he de decir que me gusta mucho como aborda el tema del Síndrome  de Asperger. Describe perfectamente cómo pueden afectar en ciertas situaciones los excesos de estímulos, su literalidad, su inflexibilidad, su inexpresividad...Pero también describe la genialidad que a veces acompaña a estos seres tan auténticos y maravillosos con los que tengo la suerte de trabajar cada día. 
Gracias Juanfe por escribir esta obra tan sorprendente y dejarme formar parte de ella de alguna forma. Mi enhorabuena por tu trabajo.

"Ojalá siempre fuera Navidad...."


Estas palabras me las dijo mi hija de forma inocente el otro día... Y es que es normal, la Navidad es para ellos sin duda, la mejor época del año: Comen chuches, dulces, turrón, hasta reventar; le traen regalos Papá Noel y los Reyes Magos; salimos a ver luces y atracciones navideñas; no nos levantamos hasta tarde...Vamos, que si todos los días fueran así, no estaría mal del todo, ¿no?.

Lo que mi pequeña no sabe es todo el estrés que hay detrás de toda esa fiesta. Y claro, aunque ya va intuyendo algunas cositas con 9 años, su inocencia no le permite ver del todo nuestro compromiso adquirido con la madurez y las tradiciones que nuestros ancestros decidieron imponernos en estas fechas.

Por supuesto, somos libres de querer seguir con la tradición o no. Pero...¿y quien no la sigue admirando esas caritas de ilusión cuando llegan estos días? Pues claro, como buenos adultos responsables y padres con cierta resistencia a perder nuestros escasos restos de niñez, seguimos la tradición y contamos lo que nuestros padres y abuelos nos hicieron creer a lo largo de los años.

¿Y quiénes somos nosotros para evadir esa responsabilidad si ya desde el siglo VI aparecían los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar en en la basílica de San Apolinar el Nuevo en la ciudad italiana de Ravena? Y ya en el Renacimiento, alcanzaron su mayor apogeo, apareciendo en diferentes obras de arte de Rubens, El Bosco, Velázquez, El Greco...Ya ha llovido.

¿Y lo del consusmismo y que Papá Noel vaya de rojo?...Bueno, eso ya sabemos que Coca-Cola y los grandes almacenes tienen mucho que ver.😜

Y nosotros, pues nos dejamos llevar...

Yo sinceramente, no creo que sea bueno ni malo, supongo que depende del sentido que queramos darle.

He de reconocer que en estos días todo es muy bonito, sobre todo para los niños... Y por supuesto no puedo dejar de ver que una vez realizado todas las compras navideñas y repartido los regalos a los familiares, la cosa se relaja. Y por supuesto se disfruta mucho de la familia.

Sé que nosotros lo hacemos más difícil. Controlamos lo que se compra a los niños como regalos y luego distribuimos por las casas. Sí, es más estresante, claro. Pero es la mejor forma que hemos visto de no caer en un sinsentido de regalos por regalar. Nos gusta saber que todo lo que piden cabrá en sus cajones de juguetes y en sus armarios, y aún así, están hasta arriba. Y todo después de hacer  limpieza y donaciones de juguetes y ropa.

Sin duda es una época que deja buenos recuerdos y es por eso, supongo, que repetimos año tras año.

Creo que nos resistimos a creer que la magia no existe y queremos que nuestros hijos e hijas conserven esa creencia el mayor tiempo posible.

Es mágico sí. Definitivamente estos días se viven con intensidad, alegría, esperanza y con muchas ganas de abrazar y pasar tiempo con los más queridos. 

Por eso creo que nos guste más o menos, estas fiestas son positivas para nuestras cabecitas repletas de estrés, responsabilidades, trabajos, rutina... Podría ser todos los días Navidad, sí. Pero...¿ Apreciaríamos tanto estos días si fuesen a diario?. Yo creo que en eso está lo especial de estas fechas, sólo son una excepción en la montaña de días que acumulamos en el año siendo adultos responsables.

Una preciosa y mágica excepción. 

¿Que si me gustaría que todos los días fueran Navidad?...¿Tú que crees que le dije a mi hija?😊


Feliz 2023.


Eternal bookstore

 Los reyes magos me conocen bien, saben que me gustan las manualidades. Así que este año me trajeron algo que me hizo muchísima ilusión: mi ...