domingo, 23 de abril de 2023

LIBRO

 


Desde el principio,  fue creado como un gran libro.

Un maravillo ejemplar protegido con cubierta de cuero

y detalles de metal dorado. La intención de su creador

era que dentro de esa majestuosa obra, se contasen las

grandes hazañas de reyes, caballeros y nobles de su país.

Libro contendría información importante. Historias que se

trasladarían de generación en generación.

Y así fue. Libro era admirado por todos, su sabiduría era

innegable. Si querías buscar algo sobre una batalla importante

del país…Allí estaba Libro para contártelo.Si querías saber cómo

llegó la seda al país en grandes cantidades,

Libro tenía las respuestas. 

¿Y si querías saber con quien se casó un rey después de

enviudar? Pues también contenía esa información.

Realmente, su creador, hizo un gran trabajo. O eso pensaba Libro.

No había mejor libro que él. Todos querían aprender de memoria

los versos que el príncipe mandaba a su prometida  antes

de casarse, y los niños siempre estaban ansiosos de aprender

a leer para poder acceder a su contenido.

Todos los libros querían ser como él. Y con el tiempo,

fue pensando que tenía una gran responsabilidad. Guardar

todas esas historias, era ardua tarea. Con el paso de

los años, alguna página se doblaba o se rompía. Algunos

se atrevían a subrayar algunas frases, e incluso uno de

los lectores intentó arrancar una página en la que había

escrito un tradicional hechizo que, contaban, era el que

usó una simple campesina para lograr casarse con un

príncipe. Pero Libro estaba decidido a que ninguna página

fuera arrancada, así que agarró bien la hoja para no perderla.

Tanto le costó a ese desalmado, que la dejó por imposible

en su sitio.

Después de ese esfuerzo, Libro comenzó a pensar en lo difícil

que era su trabajo. Definitivamente, otros lo tenían más fácil.

No hubiera estado mal ser un libro de cocina, no a todo

el mundo le gustaba cocinar, y quizás no tuviera tantas visitas.

Luego pensó que quizás lo mancharían de chocolate o salsa,

y al estar junto a los fogones…¡ podría salir ardiendo!

También pensó que si fuera un cuento para niños, algo más

cortito, a lo mejor no pasaría mucho tiempo en las manos de la

gente y se estropearía menos. Luego recordó lo que pasó

con un cuento que conoció. Un niño se peleó con otro por

querer cogerlo, y terminó roto por la mitad.

¿Y si fuera un  atlas? Eso seguro que le encantaría. La gente

lo abriría cuando quisiera ver cómo es el mundo. Buscar otro

país, planear vacaciones…Y cuando pensó en planear, le vino

a la mente los mapas que había visto usar para crear absurdos

planes de batallas. Guerras en las que se perdía a gente de

forma absurda. Definitivamente, no quería ayudar a eso.

Tampoco le convencía del todo ser un atlas.

Incluso se le ocurrió que quizás podía haber sido un libro religioso,

un libro sagrado que todo el mundo cuidase con mimo.

Eso no estaba mal. Aunque también recordó que muchos

habían sido quemados en la hoguera, cuando habían cambiado

las creencias religiosas de los reyes y gobernantes del país.

Libro pensó en multitud de posibilidades en las que podía haber

sido un libro diferente, más o menos interesante, más o menos

divertido, o más o menos famoso.

Llegó entonces a la conclusión, de que todos los libros tenían

sus cosas buenas y sus cosas malas. Todos.

Quizás no estaba tan mal ser quien era. Al fin y al cabo tener

tanta sabiduría, le permitía poder soñar con ser otros libros de

vez en cuando. Pero cuando pensaba en su contenido, sin duda

se quedaba como estaba. Le había cogido cariño a sus personajes,

sus poemas, sus sentimientos, sus estrategias y sus líos

matrimoniales. Si realmente lo pensaba, Libro era bastante guay.

O eso decían los niños que lo tenían entre sus manos en esos

momentos.

―¡Hala!, mira Jorge, aquí dice que el Rey Perico, venció la

batalla decisiva de la guerra de los 10 años con tan sólo

15 hombres. ¡Qué máquina!―

―¡Qué guay!―


A veces nos empeñamos en ser como otras personas.

Y en ocasiones, podemos pensar que ellas lo tienen

más fácil o que sus vidas son más interesantes.

Pero cada situación que vivimos, es una página

nueva que escribimos en nuestro propio libro.

Puede que si la leemos con tranquilidad, pensemos

en por qué la escribimos. Quizás seamos fuente

de sabiduría para otras personas sin saberlo. 

Siente orgullo de tus páginas.

Piérdete en ellas… y disfruta.


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