domingo, 1 de enero de 2023

"Ojalá siempre fuera Navidad...."


Estas palabras me las dijo mi hija de forma inocente el otro día... Y es que es normal, la Navidad es para ellos sin duda, la mejor época del año: Comen chuches, dulces, turrón, hasta reventar; le traen regalos Papá Noel y los Reyes Magos; salimos a ver luces y atracciones navideñas; no nos levantamos hasta tarde...Vamos, que si todos los días fueran así, no estaría mal del todo, ¿no?.

Lo que mi pequeña no sabe es todo el estrés que hay detrás de toda esa fiesta. Y claro, aunque ya va intuyendo algunas cositas con 9 años, su inocencia no le permite ver del todo nuestro compromiso adquirido con la madurez y las tradiciones que nuestros ancestros decidieron imponernos en estas fechas.

Por supuesto, somos libres de querer seguir con la tradición o no. Pero...¿y quien no la sigue admirando esas caritas de ilusión cuando llegan estos días? Pues claro, como buenos adultos responsables y padres con cierta resistencia a perder nuestros escasos restos de niñez, seguimos la tradición y contamos lo que nuestros padres y abuelos nos hicieron creer a lo largo de los años.

¿Y quiénes somos nosotros para evadir esa responsabilidad si ya desde el siglo VI aparecían los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar en en la basílica de San Apolinar el Nuevo en la ciudad italiana de Ravena? Y ya en el Renacimiento, alcanzaron su mayor apogeo, apareciendo en diferentes obras de arte de Rubens, El Bosco, Velázquez, El Greco...Ya ha llovido.

¿Y lo del consusmismo y que Papá Noel vaya de rojo?...Bueno, eso ya sabemos que Coca-Cola y los grandes almacenes tienen mucho que ver.😜

Y nosotros, pues nos dejamos llevar...

Yo sinceramente, no creo que sea bueno ni malo, supongo que depende del sentido que queramos darle.

He de reconocer que en estos días todo es muy bonito, sobre todo para los niños... Y por supuesto no puedo dejar de ver que una vez realizado todas las compras navideñas y repartido los regalos a los familiares, la cosa se relaja. Y por supuesto se disfruta mucho de la familia.

Sé que nosotros lo hacemos más difícil. Controlamos lo que se compra a los niños como regalos y luego distribuimos por las casas. Sí, es más estresante, claro. Pero es la mejor forma que hemos visto de no caer en un sinsentido de regalos por regalar. Nos gusta saber que todo lo que piden cabrá en sus cajones de juguetes y en sus armarios, y aún así, están hasta arriba. Y todo después de hacer  limpieza y donaciones de juguetes y ropa.

Sin duda es una época que deja buenos recuerdos y es por eso, supongo, que repetimos año tras año.

Creo que nos resistimos a creer que la magia no existe y queremos que nuestros hijos e hijas conserven esa creencia el mayor tiempo posible.

Es mágico sí. Definitivamente estos días se viven con intensidad, alegría, esperanza y con muchas ganas de abrazar y pasar tiempo con los más queridos. 

Por eso creo que nos guste más o menos, estas fiestas son positivas para nuestras cabecitas repletas de estrés, responsabilidades, trabajos, rutina... Podría ser todos los días Navidad, sí. Pero...¿ Apreciaríamos tanto estos días si fuesen a diario?. Yo creo que en eso está lo especial de estas fechas, sólo son una excepción en la montaña de días que acumulamos en el año siendo adultos responsables.

Una preciosa y mágica excepción. 

¿Que si me gustaría que todos los días fueran Navidad?...¿Tú que crees que le dije a mi hija?😊


Feliz 2023.


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